Cuando viajas y sales de tu zona de confort, es normal sentirse confuso sobre cosas como la ropa, el comportamiento, la comida y otros aspectos que difieren de tu país de origen. Este sentimiento, común entre quienes viajan al extranjero, se conoce como choque cultural.
El choque cultural es la sensación de desorientación e incomodidad que se produce cuando te expones de repente a una nueva cultura, forma de vida o conjunto de actitudes. En nuestro entorno habitual, gran parte de nuestro comportamiento -como los gestos, el tono de voz y la forma en que interactuamos- depende de hábitos familiares y normas sociales en las que no reparamos porque son normales para nosotros. Pero en un país nuevo, estas diferencias se hacen más notables.
Puede afectarte de varias maneras, desde provocar impactos emocionales como ansiedad o frustración, hasta cambiar tu patrón de sueño, apetito o salud, y a veces también dificultar la comprensión del nuevo entorno. Enfrentarse al choque cultural requiere tiempo y paciencia, pero con las estrategias adecuadas, puedes afrontar los retos y prosperar en tu nuevo entorno.
Las Cuatro Etapas del Choque Cultural son:
1. Etapa de luna de miel: Al principio, todo es emocionante y nuevo. Puede que te sientas eufórico y curioso por la nueva cultura.
2. Fase de negociación: La realidad se impone a medida que las diferencias se hacen más evidentes. Puedes empezar a sentir frustración, nostalgia o ansiedad.
3. Etapa de adaptación: Empiezas a adaptarte a la nueva cultura y te sientes más cómodo. Desarrollas rutinas y estrategias de afrontamiento.
4. Etapa de dominio: Te sientes más a gusto con la nueva cultura y eres capaz de desenvolverte en ella con eficacia. Comprendes mejor los matices culturales y te vuelves más flexible con la gente y las rutinas.
5 formas de afrontar el choque cultural:
1. Aprende sobre la cultura: Estudia la lengua, la historia y las costumbres de la nueva cultura.
2. Mantén la mente abierta: Acepta las diferencias e intenta comprender la perspectiva cultural de la población local. Recuerda, no es personal, es cultural.
3. Construye un sistema de apoyo: Conecta con otros expatriados, autóctonos o grupos de apoyo. Encuentra similitudes con la nueva cultura y construye una rutina que se adapte a tus preferencias.
4. Mantén el equilibrio: Sigue una rutina, come bien, haz ejercicio y descansa lo suficiente.
5. Mantén la curiosidad y explora: Participa en actividades locales, prueba comida nueva y explora la zona para familiarizarte y sentirte cómodo. Sal de tu zona de confort y sumérgete en nuevas experiencias. Te sorprenderá lo mucho que puedes aprender.
Haz algo que te recuerde a tu hogar cuando sientas nostalgia, como practicar un pasatiempo conocido o mantener el contacto con tus amigos y familiares enviándoles mensajes de texto sobre tus experiencias en el extranjero. Esto puede ayudarte a mantenerte positivo y motivado para explorar tu nueva aventura por todo el mundo.
En general, aprovecha esta oportunidad para descubrirte a ti mismo y probar cosas que normalmente no harías en tu rutina diaria. Es una gran oportunidad para hacer pequeños cambios en tu mentalidad que pueden tener un gran impacto en tu experiencia en el extranjero y en tu crecimiento personal. ¡Trabajemos y viajemos!
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